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jueves, 3 de junio de 2010

Sobre No robar, y como corregir una falta



El día de ayer publicamos un texto atribuido equivocadamente al escritor uruguayo Eduardo Galeano. La recibimos bajo el título "Me caí del mundo y no se como".

Al igual que muchos, nos sentimos identificados con el texto y decidimos publicarlo, cometiendo el error de no verificar primero la veracidad de los datos.

Como resultado de ello, recibimos una notificación desde el sitio de Marciano Durán -el verdadero autor del texto- aclarando el origen de la redacción. La misma forma parte del libro “La cuestión es darse maña y otras incoherencias”, se escribió en enero de 2006 con el título "Desechando lo desechable" y corresponde también a la serie “Crónicas marcianas y uruguayas” que se publica desde 2002. Esta y otras crónicas se pueden encontrar en http://cronicasmarcianas.com.uy

En el sitio se puede vislumbrar la cantidad de veces que ha sido publicada la obra bajo un título y autor incorrectos, y más aún, sin el final correspondiente: Y yo... no me entrego.

Uno de los comentarios recibidos en el sitio de Durán fue el siguiente:


Jorge Luis dice:
December 14th, 2009 at 12:03 am
Hola, he recibido un mail donde se atribuye éste texto a Eduardo Galeano. Una de esas típicas cadenas HOAX que tanto “atrapan” a la gente.
Es ultra evidente que no es la pluma del maestro Eduardo Galeano, solamente alguien que no haya leído nada de Galeano puede creer que él es el autor.
Estoy indignado por la cantidad de irresponsables que manejan blogs, páginas web, e incluso diarios digitales, que son incapaces de chequear la información y que, evidentemente, jamás han leído a quien quizás hoy sea el mejor escritor de Latinoamérica.
Una auténtica vergüenza y un gran perjuicio, porque se puede disculpar a un irresponsable que reenvía mails, pero de ninguna manera a quienes publican en un sitio en la web.
Si esto sigue así, pronto no podremos creer casi nada de lo que leemos. Lamentable.
Gracias por el espacio para comentar y desahogarme…



Le damos la razón a Jorge Luis. Debo admitir que jamás he leído a Eduardo Galeano, y de haberlo hecho no habría confundido este texto con el de Durán. Aunque se quién es y que otros títulos ha escrito, no he leído ninguno de sus libros. Tal como dice Jorge... una vergüenza.

Jorge también está en lo correcto al decir que no se puede disculpar a quien publica en un sitio web sin checar la información. En las publicaciones tradicionales como libros, períodicos, revistas, etc.; hay por lo regular un editor que verifica si los escritos a publicar son verídicos, ante la menor duda se rechaza el escrito. En cambio, a través de Internet cualquiera puede escribir sin que necesariamente se verifique lo dicho, con la agraviante de que puede llegar mucho más rápido a un mayor número de personas.

Como editores en línea, debemos tomarnos mucho más en serio nuestro trabajo para no cometer esta clase de errores. Es muy sencillo publicar escritos porque nos agradan, pero aún así es nuestra obligación verificarlos pues Internet es para muchos un medio de comunicación para informar a la gente. Las personas creen lo que escribimos y publicamos, debemos mantener esa credibilidad.

Por otro lado, cuando adjudicamos una obra a un autor cuando realmente no la escribió, estamos robando. A uno le estamos robando por no darle el crédito de su creación, y a otro le estamos robando por anular la posibilidad de que su verdadera obra sea conocida. Tal como pasa con Galeano, de quien podemos leer muchísimas otras obras que sí son de su autoría: Las venas de Abiertas de America Latina, Memoria del fuego, El libro de los abrazos, etc.

El cuarto mandamiento "No robar" contiene el poder emocional Belleza con fundamento Misericordia. Implica que debemos preservar nuestro entorno, de forma armónica y estética, pensando en las necesidades de los demás. Es precisamente lo que hacen los autores Durán y Galeano, piensan en las necesidades del mundo y escriben sobre ellas de una bella forma. Por lo tanto no tienen necesidad de robarle a nadie y son retribuídos por ello.

Debo reconocer que yo robé, no supe reconocer la belleza del texto, pues ni siquiera me di cuenta de que no estaba completo además de que contenía algunas incoherencias: Eduardo es un nombre bastante normal como para querer cambiarlo, y no concuerda con la obra de Durán: "Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya sí era un nombre como para cambiarlo)". Aún así, pensábamos en las necesidades del mundo al publicarlo, razón por la cual llegó inmediatamente la corrección a nuestras manos.

Cometimos una transegresión, estamos arrepentidos de ello y queremos rectificar siguiendo los siguientes principios:


1) El perdón lo obtienen aquellos que se comprometen integralmente en el proceso de teshuvá. Teshuvá que implica entre otras cosas no sólo percatarse de las faltas y errores cometidos, o pedir perdón de boca para afuera; sino también intentar reparar los daños completamente (en la medida de las máximas posibilidades), y (por supuesto) el empeño por no reiterar las conductas por las cuales se está arrepintiendo. Si alguna parte de este proceso falla, o es incompleta, entonces, el perdón obtenido se evapora entre los efluvios del error que persiste y se acrecienta.

2) El Eterno blanquea aquellas faltas por las que sinceramente uno se arrepiente; pero, las que fueron contra una persona, para obtener el perdón divino es menester que primero el que ha sido dañado perdone al ofensor (sinceramente arrepentido).

Fuente: http://serjudio.com



Es por eso que hemos hecho la publicación correcta del texto y su autoría. También ofrecimos públicamente una disculpa al autor y reiteramos nuestro compromiso para no volver a caer en esta falta.

También les prometemos publicar por lo menos un fragmento de la obra de Eduardo Galeano.


Agradecemos su comprensión.

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