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jueves, 27 de mayo de 2010

Idolatría y Superstición... Cómo llegar a la Victoria.



El precepto de "No a la idolatría", es más mucho que la prohibición de rendir culto a otros dioses o no consultar adivinos.

Me refiero a que no es una prohibición despótica de un dios egoísta, sino que tiene como soporte uno de los poderes emocionales del alma: Victoria.

La victoria tiene como fundamento la confianza. Sin confianza no podemos tener éxito en nada. Somos creaciones del Eterno, cuando tenemos plena confianza en Él también la tenemos en nosotros mismos pues estamos en contacto con la "chispa" divina de la creación; pero cuando confiamos en otros dioses, nos desarmamos por completo.

Al depositar nuestro éxito o fracaso en dioses ajenos, en inventos externos a nosotros mismos, perdemos el control de nuestras vidas.

Que nos den aquel puesto de trabajo ya no depende de nuestra capacidad y conocimiento, sino de lo que quiera tal o cual ídolo a quien le rezo.

Tener un excelente día ya no tiene nada que ver con el control de mis emociones ante las acciones de los demás, sino de lo que dice el horóscopo.

Conseguir novio ya no dependerá de nuestras virtudes sino de lo que diga el Tarot.

Dejamos a la suerte lo que podría salir bien si confiáramos plenamente en nosotros mismos y en nuestro creador.

Es por esa razón que las supersticiones se consideran también como idolatría, pues minan la confianza que puede llevarnos a la victoria. Mucha gente piensa que tendrá un mal día por ser viernes (o martes) 13, porque se cruzó en su camino un gato negro o porque se posó en su puerta una mariposa negra. De la misma manera que esperan atraer el dinero con rituales de velas o alejar la mala suerte con "limpias".

Para ser constructores de shalom y traer redención al mundo, es decir mejorar y construir el lugar en el que habitamos y nos desarrollamos, es necesario que tengamos confianza en nosotros mismos. De lo contrario no podremos avanzar en esta tarea.

Abandonar la confianza en nuestro creador y dejarla a la suerte o a ídolos falsos, es además de paralizante, irresponsable. Al dejar mi destino a la suerte estoy haciendo a un lado mi responsabilidad para con la sociedad.

No podemos alejarnos de X persona porque las cartas nos dicen que nos hará daño en el futuro, aún cuando fuera cierto (cosa que no tendría nada que ver con las cartas), es nuestro deber enfrentar los hechos y resolver los problemas de manera que rectifiquemos este mundo material.

Hacer de este mundo una morada para Dios, sólo puede lograrse si nos alejamos de la superchería y mantenemos nuestra confianza en Él y en nosotros. Eso nos llevará a la Victoria.

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