Noajida

¿Qué diferencia a un Noajida de un judío?

A menudo se confunde la identidad noajida con la judía, debido a que ambas son fieles al calendario universal y se nutren espiritualmente de la Torá (en el caso de los noajidas, sólo aquello que les corresponde). En algunos sitios de internet, se acusa a los noajidas de ser judíos o una secta de ellos. Nada más lejos de la realidad.

Estas son sus diferencias:


Israel es el Pueblo Elegido:

¿Significa esto que tienen mayores privilegios o que son superiores a otras naciones?

No.

Simplemente tienen más responsabilidades, pues deben servir como ejemplo para el resto del mundo.

Por lo que además de cumplir con los 7 preceptos universales, deben obedecer otros 606 mandamientos.

Debido a esta responsabilidad es que se les reveló la Torá y el derecho de profecía. Razón por la que todos los profetas han surgido del pueblo de Israel y fuera de éste no puede haber más. Así evitamos ser engañados por otras “revelaciones”.


Cada uno tiene un pacto diferente y por lo tanto una señal distinta que lo sella:

Alguna vez alguien me preguntó:

-¿Y hasta cuándo durará el pacto noajida?

Yo respondí:

-Mientras dure el arcoiris

Y me reclamaron:

-¡Pero si el arcoiris es un fenómeno físico! ¡Mientras exista el mundo existirá el arcoiris!

Entonces dije:

-Pues ya tienes tu respuesta, mientras exista el mundo nuestro pacto no terminará.

El Eterno no hace promesas superfluas, al contrario siempre las cumple y sus pactos son a perpetuidad.

Con Noaj hizo un pacto y lo selló con la señal del arcoiris.

De la misma manera, con Israel hizo un pacto y lo selló con la señal del shabbat, el día de reposo indicado sólo para los judíos.

Cuando el Eterno pactó con Israel no anuló a Noaj, ambas promesas son a perpetuidad y nadie ni nada puede romperlas.


La obligación de los noajidas es cumplir con los siete preceptos Universales y sus derivados:

Los mandamientos para los Benei Noaj son 7 más sus derivados.

Los mandamientos para los Benei Israel son 613 contenidos en el Decálogo conocido comúnmente como “Los 10 mandamientos”. Cualquier grupo religioso que se apropie de esta herencia blasfema contra el Eterno y por lo tanto contra el hombre, pues esclaviza a su prójimo con obligaciones que no le corresponden.