La cinta se basa en el trágico destino que tuvo la filósofa Hypatia de Alejandría, a manos de una turba de cristianos incitados por el obispo Cirilo quien posteriormente sería nombrado "Doctor de la Iglesia".
En aquella época el paganismo estaba decayendo y las disputas de los cristianos en contra de paganos y judíos eran mucho más fuertes. Lo cual implicó la muerte de muchas personas.
En Agora, una de las escenas más representativas de este naciente odio entre religiones se da cuando un cristiano reta a un pagano a caminar sobre carbones encendidos. El cristiano pasa sin ningún problema, y el pagano es arrojado por la fuerza al fuego, incendiándose inmediatamente.
Es muy probable que este tipo de escenas se dieran en esos tiempos. En el caso de Hypatia, Agora nos cuenta el suceso como si la filósofa hubiera sido víctima de la política más que de la religión.
"Creo en la filosofía" -contesta Hypatia en Agora al preguntársele en qué cree.
La verdad, es que aunque el obispo Cirilo la consideraba como causante de los problemas entre él y el prefecto Orestes, así como de los conflictos entre cristianos y judíos; la principal causa de su muerte, fue que Hypatia era una ferviente pagana.
A pesar de la Filosofía, sus avances y descubrimientos, Hypatia seguía creyendo en los dioses de sus antepasados. Razón por la cual Cirilo pudo incentivar a los cristianos para acabar con ella.
No hace falta decir que Hypatia tuvo una muerte mucho más sanguinaria que la representada en Agora. En la vida real, Hypatia fue golpeada con tejas hasta quedar descuartizada, las partes de su cuerpo fueron arrastradas por la ciudad y quemadas.
Más que de la política, Hypatia fue víctima de la religión, de la idolatría. Sus creencias la hicieron víctima del odio religioso.
De ahí que la idolatría sea una de las prohibiciones más importantes. Aunque pudiera parecernos lo contrario, muchas personas aún son víctimas de los conflictos religiosos, los cuales suelen llevar a la muerte.
De entre las cosas más detestables está la religión, pues es la que lleva a guerras, muerte y conflicto; evitando que traigamos paz, bondad y justicia al mundo como es nuestro deber.
Por otro lado, nadie tiene el derecho para arrebatar la vida al contrario, debemos dar vida. De manera que si una persona es idolatra (ya sea pagana o cristiana), no podemos ni insultarla ni mucho menos torturarla o asesinarla.
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