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miércoles, 13 de marzo de 2013

CÓMO HACER DE TU CUERPO UN TEMPLO

Todos somos hijos de Dios, y por lo tanto estamos conectados con Él de forma directa, tenemos su luz y su chispa divina, esa que nos permite crear y cambiar al mundo.


CÓMO HACER DE TU CUERPO UN TEMPLO


Como portadores de ese gran poder, estamos obligados a tratar a nuestros cuerpos como un templo, para poder así traer la presencia divina al mundo terrenal.

Para lograr ese objetivo basta con seguir todos los días estos 4 sencillos pasos:


1) Tefilá.


Aunque tradicionalmente se traduce como "plegaria", la tefilá es mucho más que eso. Hacer tefilá es hablar directamente con el Creador, unir nuestras mentes y compartir lo que hay en nuestro corazón ya sea para bendecir, quejarnos, desahogarnos o alabar al Eterno.

Para hacer de forma correcta la tefilá, primero hay que meditar, reflexionar acerca de la grandeza de Dios y la insignificancia del hombre, entender en qué estamos fallando cuando tratamos de cumplir las mitzvot. Luego entonces procedemos al habla, a la acción.

Recordemos que toda acción física tiene su reflejo en el mundo espiritual, por eso es tan importante transmitir nuestros pensamientos y reflexiones a través de la palabra.

Por último, otro componente importante en la tefilá, es la emuná, la confianza absoluta en el Eterno y por lo tanto en nosotros mismos y en nuestra plegaria.


2) Kedushá.


Kedushá o santidad, implica tener limpia tu mente y tu corazón. Cuando invocamos al Eterno, lo estamos invitando a entrar en nuestras mentes, es invitar a un rey todo poderoso. Reflexiona ¿cómo es tu mente? ¿qué pensamientos alberga? ¿es digna de invitar al todopoderoso creador del universo?

En nuestros tiempo, dada la gran cantidad de información que recibimos visualmente, es difícil mantener mentes y corazones dignos de una presencia divina; sin embargo, eso no significa que no puedas esforzarte día a día para buscar información que te ayude a limpiar tu corazón.

Haz buenas obras, alaba las maravillas de la creación, aléjate de las palabras e imágenes que le quitan santidad a tu vida.


3) Estudio de la Torá


La Mishná recomienda: "Hazte de un maestro, adquiere para ti un amigo y juzga a toda persona para bien".

Así pues, busca a un maestro que te enseñe Torá como es debido. La Torá es la guía que nos enseña cómo vivir en el mundo, ahí se encuentran nuestras mitzvot (en nuestro caso los 7 principios universales) y se requiere a un experto en ella para que aprendamos de forma adecuada y sin distorsionar las leyes divinas.


4) Agradecimiento.


No todo en la vida es malo, no siempre hay angustias y problemas. También recibimos bendiciones todos los días, y es bueno agradecerlas.

En ocasiones no nos damos cuenta de cada bendición que recibimos, por eso es buena práctica apuntar cada una de ellas y dar gracias.

Una linda familia, un trabajo, estar rodeados de gente buena, todas esas son cosas para agradecer. Incluso las dificultades pueden ser tomadas como bendiciones, ya que cada una de ellas nos ayuda a crecer y ser mejores personas.

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