"Detrás de un gran poder, hay una gran responsabilidad"
El tío Ben aconsejando a Peter ParkerEn la historieta Spiderman el protagonista aprende la lección arriba mencionada cuando a pesar de tener grandes
poderes deja escapar al futuro asesino de su tío, sólo porque en ese momento el ladrón "no era su problema".
Tanto el Hombre Araña como el asaltante poseen
poder. Peter tiene sus grandes dotes y sabe que puede detener al criminal, pero no lo hace. El delincuente por su parte cuenta con un arma y su velocidad para salir airoso de la situación. Ninguno de los dos aprovecha sus virtudes y conocimiento para hacer el bien, todo lo contrario. Parker elige "dejar pasar", no actuar; y como resultado de ello muere su tío.
El ladrón por su parte, elige el mal de una forma activa y participativa, asalta y termina matando a un hombre inocente.
El Asombroso Hombre Araña es tan sólo una tira cómica, pero refleja con claridad lo que significa tener el
poder para actuar y no hacerlo de forma correcta.
El
poder emocional que acompaña al Tercer Mandamiento "
No asesinar" es precisamente "
Poder", y su fundamento es
Temor.
Los seres humanos de hecho poseemos un gran
poder. Tenemos la capacidad de realizar grandes maravillas: Explorar el espacio, lograr que crezca la vida en lugares prácticamente muertos, crear formas de comunicación que superan las fronteras en segundos.
Los hombres pueden literalmente, con la formación adecuada, hacer cualquier cosa; pero si no tienen temor del Eterno para respetar las leyes, también son capaces de terribles atrocidades: Guerras Mundiales, armas de destrucción masiva, genocidios.
El
poder sin temor lleva al
asesinato en muchas de sus formas. Muchos
asesinos seriales por ejemplo, matan porque se saben inteligentes. Tienen el
poder para hacerlo pues tienen la certeza de que no serán atrapados. En cambio, si conocieran y respetaran las Siete Leyes podrían potencializar su inteligencia y dirigirla para hacer un gran bien, pero eligen satisfacer su ego.
Otro ejemplo de
poder sin temor es el bullying, un fenómeno en donde podemos ver niños que son líderes natos; pero que utilizan su
poder para dañar a los que consideran débiles. En algunos países se han dado casos en donde el acoso provoca la muerte del agredido, o bien la víctima termina suicidándose.
Así podrían surgir miles de ejemplos, donde el factor en común es la capacidad de los implicados para ejercer su
poder; pero la ausencia de temor los llevar a sucumbir a su ego en vez de rectificar su entorno.
El Eterno nos dice:
“…he puesto delante de vosotros la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, la vida para que vivas, tú y tus descendientes” (Devarim/Deuteronomio 30:19).Así pues, vayamos por el mundo con la confianza de que tenemos
poder para cambiarlo. Procuremos que ese cambio sea para bien.
Shalom
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